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Ballestas Gran Via

La historia de un negocio familiar

Josep Vallmajó Hernández, conocido entre sus empleados y clientes como Pepe o Pepito, empezó en el negocio cuando solo tenía 14 años (1945), especializándose en  la reparación de ballestas y direcciones de vehículos con marcas como Hispano Suiza, Ford o Iveco, entre otras. Quizás el origen de esta pasión nació gracias a un nexo de unión entre su primer trabajo en "La constructora" y la atracción de entrar a formar parte del equipo de fútbol de de la empresa. Pepe se formó y aprendió allí el oficio y en poco tiempo y con la edad de 29 años se independizó, junto con su socio, para crear Ballestas Prats, instalándose en el Baix Llobregat y donde permanecerá hasta el año 1963.

 

En el año 1963 decide hacer el salto a la ciudad hermana, l'Hospitalet de Llobregat , y de esta manera nace el actual taller de Ballestas Gran Via, situada en la Calle Castelao (la cual durante muchos años fue llamada calle 26 de enero, en honor a la fecha en la cual las tropas nacionales entraron por la Diagonal en 1939). Fruto de la  larga experiencia en el sector y los quince trabajadores que tenía la empresa (se puede deducir la magnitud de trabajo que esto significaba en la época) consiguió afianzarse en el sector ballestero como punto de referencia en la zona.

 

Pepe decidió implicar a la familia en el negocio, sus dos hijas mayores, Núria, conocida como Nuri, y Marisa, estuvieron un tiempo en las oficinas y su hijo José Luís, y el único varón, el cual desde pequeño se embriagó del devenir de la empresa, acabó incorporándose en ella como gerente.

Desde 1987 delega la dirección a José Luís Vallmajó, su hijo, el cual se especializa en la reparación de ballestas y accesorios con Coche Taller; dando así servicio en sus instalaciones, en carretera y en los talleres y bases de nuestros clientes. Siempre ofreciendo el mejor servicio a su vez que producto.  En 1991 se transforma en S.L., este nuevo impulso da la posibilidad de abrirse a nuevos campos como la reparación de flotas de camiones de la recogida de basura, entre otros. 

 

El gran acierto de la empresa, pues, ha sido el saber conjugar una buena gestión, prudente y comedida con la apertura de la empresa a nuevos mercados y clientes, sin perder la seriedad, profesionalidad y honestidad, valores que definen a Ballestas Gran Via. 

Dos generaciones han sido las cuales se han dedicado a mantener a sus profesionales. De esta manera y con todas las ganas del mundo  ya son más de 60 años de experiencia en la reparación y fabricación de ballestas que avalan el trabajo y esfuerzo de esta familia en el sector. 

Como diría Pepe "si no hay, lo pintas" y eso haremos, seguir trabajando para ofrecer nuestro mejor servicio a nuestros clientes. 

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